La maldición de ser "inteligente"
- Irving Ramos
- 15 jul 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 13 ago 2020
No solo en clases, donde identificas al listo del grupo porque aparenta saberlo todo, sino también en una reunión entre amigos donde, de pronto, estaban tocando temas curiosos y, ante el silencio, alguien dice "¿sabían que el Sol, no es el astro más caliente del sistema solar?" y todos piensan que esta persona es más inteligente, pero no es así.

Aun así ¿cómo es posible que saben tanto? ¿tienen una excelente memoria? hay algo especial en estas personas y es algo que yo llamo "don de la curiosidad" debo aclarar que no soy psicólogo, hablo por experiencia propia, porque, sí, soy el "listo" de la clase.

Pero no soy (o no somos, si tu también te identificas) tan "listo" para hacer todos los trabajos para sacar notas altas. Y es incluso culpa de nuestro "don" porque, no es tanto que nos de flojera hacer los trabajos, sino que tenemos aún una duda que no hemos saciado y, en vez de hacer esos trabajos, preferimos investigar al respecto, de hecho, es nuestra forma de procrastinar, el problema es que una respuesta lleva a otra duda, profundizando más y haciéndonos obsesivos en la investigación.

He escuchado que Tesla solía hacer algo similar, leía obsesivamente libros de ciencia, y es que, creo, todos poseemos el "don de la curiosidad" pero cada quien lo tiene en un cierto nivel. Aquí un pequeño test para saber que tan alto tienes este don, según yo.
Al inicio mencioné "¿sabían que el Sol, no es el astro más caliente del sistema solar?" Tu nivel es:
• Ligeramente anormal/normal: Si decidiste investigar al respecto terminando de leer. • Anormal: Si temías olvidar ese dato curioso, así que lo investigaste de una buena vez, lo apuntaste en una hoja o solo le diste en buscar para, al terminar de leer, ir a investigar.
• Tienes "el don": Si ya lo investigaste porque no te ibas a concentrar leyendo con esa duda.
Claro que si no te dio curiosidad, no estas en mi escala; y si "ya sabías", no puedes jugar; lo puse entre comillas porque no te diré si el dato era cierto o no.
El don se convierte en maldición cuando te encuentras con una pregunta que no tiene respuesta, como cuando te dicen: "te iba a decir algo pero ya se me olvido".

Claro que, por suerte, esto está limitado a nuestro interés que vamos desarrollando al crecer, no es tanto como que si estamos investigando algo y alguien por allá se esta peleando, entonces iremos a ver solo para saber en que termina, no. De hecho, se vuelve aun más una maldición cuando nos encerramos en nuestro mundo. Si nuestro interés es, por ejemplo, la ciencia, nos enfocamos en eso, alejándonos de las personas, no tanto porque no nos agraden sino porque estamos desesperados buscando respuestas. Pero "afortunadamente" a veces esta maldición con el tiempo se va apagando. En muchos casos, llega el momento en que crees saberlo todo y ya nada te sorprende, este podría ser el final más "feliz", terminar como un sabelotodo, sin embargo, aunque al fin eres libre de tus cadenas, estas engañado porque nunca lo sabes todo.
Y con eso quiero cerrar, el segundo final para quienes tienen ese don; se dan cuenta que hay mucho que jamás sabrán, y toman el lema "yo solo sé que no sé nada" y terminan aceptándolo, pero sin dejar de aprender e investigar. En este final queda esa marca, esa sensación de tristeza por los grandes misterios que guarda la vida misma, algo que solo pueden comprender aquellos con preguntas sin respuestas y que, aun así, esperamos que esas respuestas sean saciadas... algún día.
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